domingo, 7 de diciembre de 2008

En buena posicion


Ecijano II banderilleando uno de Los Grises en Olivenza

Los cambios de cuadrillas son habituales tras terminar la temporada. Unos se mantienen y otros se van, renovarse o morir..
Tras la retirada de Pepín Liria, toda su cuadrilla habia encontrado acomódo: el picador Juan Bernal con El Cid, los banderilleros Alfredo Cervantes y Carlos Casanova con Javier Conde...
Tán solo faltaba el picador Alonso Sánchez y Ecijano II por encontrar colocación.
Y como el bueno de Ecijano, ha dado siempre la cara durante toda la temporada, en los buenos y malos momentos, un torerazo, Antonio Ferrera, se fijó en él, y le ha llamado para sus filas.
Junto a él se irá tambien Alonso Sánchez, y ambos formaran parte de la cuadrilla del extremeño la próxima temporada.
Ecijano II y detras de él un servidor, en Chilluévar (Jaén)
Todo un reto, y una recompensa, el seguir en el Grupo Especial otra temporada más, a pesar de que todos iban encontrando colocacion, Antonio Jiménez "EcijanoII" no paraba de entrenar, sabia que tarde o temprano le llegaría su premio, y seguro que lo aprovechará la temporada que viene, donde no dejará de ver a Los Grises..
Aprecio mucho a Antonio, todo un caballero y un maestro para mí, quién ha confiado en mí, y me ha dado un hueco junto a su hijo, para formar parte de un proyecto, que pronto cuajará en la forma de un nuevo matador de toros en Écija, con el nombre de Antonio David.

Otro buen amigo, Luis Dengra "El Castrileño", paisano de la comarca de Huéscar, al ser natural de Castril, y que durante mis dos ultimos años como novillero actuó en mi cuadrilla, tambien ha obtenido una buena recompensa. La próxima temporada hará el paseillo tras Chenel, pero no el maestro madrileño, sino el caballo que monta una figura como Pablo Hermoso de Mendoza, con el que El Castrileño se ha colocado para 2009.
El Castrileño un experto en rejones
Recuerdo mi última salida a hombros, en mi despedida, donde El Castrileño, esa tarde a mis órdenes fue quien me levantó sobre sus hombros, al bajarme fuera de la plaza, nos fundimos en un abrazo y me dijo, que lo más bonito de la vida era luchar por los sueños de uno.
Seguro que Luis aprovechara este bonito sueño y se hara un hueco con los grandes.

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